Los frijoles de color rojo oscuro, llamados así por su parecido con el órgano humano, son un tipo de frijol atemporal. Tienen un sabor suave que combina con varios platos, desde sopas con caldo claro hasta guisos fuertes. Estos frijoles no sólo son versátiles sino también fáciles de incorporar a una amplia gama de recetas. En este artículo aprenderás a cocinar frijoles y cómo puedes incorporarlos a otras recetas.
Ya sea que esté preparando una sopa reconfortante o un guiso abundante, el sabor suave de los frijoles rojos oscuros complementa el plato en general. Su adaptabilidad los convierte en un alimento básico en muchas cocinas, ya que brindan un sabor confiable y sutil que realza la riqueza de diversas comidas.
Desde ensaladas simples hasta guisos complejos, estos frijoles añaden un toque saludable, lo que los convierte en la opción ideal para los cocineros que buscan realzar los sabores de sus creaciones culinarias. En esencia, los frijoles de color rojo oscuro aportan simplicidad y profundidad a una variedad de platos, lo que los convierte en un ingrediente esencial en la cocina.
¿Qué son los frijoles?
Los frijoles pertenecen a la familia de los frijoles comunes (Phaseolus vulgaris), que incluye legumbres anuales como lentejas y guisantes. Vienen en diferentes variedades, como el frijol granate, los frijoles blancos (también conocidos como frijoles cannellini) y los frijoles moteados de color rosa claro, que se asemejan al popular Borlotti o frijol arándano que se encuentra en la cocina italiana y brasileña. Los frijoles rojos claros son especialmente preferidos en los platos caribeños.
En comparación con los frijoles negros o los frijoles del Gran Norte, los frijoles rojos tienen una piel más gruesa pero comparten un tiempo de cocción similar con los frijoles blancos, los frijoles pintos o los frijoles rojos pequeños, que generalmente demoran entre 90 minutos y dos horas. Estos frijoles sin gluten desempeñan un papel destacado en varios platos y sirven como ingrediente principal en sopa de frijoles, ensaladas de frijoles y cassoulet, lo que los convierte en opciones versátiles para guarniciones y opciones de almuerzo.
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Cómo cocinar frijoles
Para preparar frijoles enlatados, primero vacíe la lata y luego lave los frijoles con agua fría. Ahora están listos para tus platos de frijoles preferidos. Si tiene frijoles secos, siga algunos pasos adicionales:
1. Remoje sus frijoles rápidamente:
Los frijoles secos remojados rápidamente pueden ahorrarle tiempo en la cocina. Aquí tienes un método sencillo: toma una olla grande, añade una taza de frijoles y cúbrelos con un par de tazas de agua. Llévalo a ebullición y déjalo cocinar solo un minuto. Después de eso, retira la olla del fuego, tápala y deja los frijoles en remojo durante una hora.
Una vez que se hayan remojado, retiramos el agua en la que estaban remojando y volvemos a poner las judías en la olla. Ahora ya estás listo para cocinarlos en menos tiempo de lo habitual. Esta técnica de remojo rápido es una forma práctica de acelerar el proceso de cocción de los frijoles.
2. Hervir y cocinar a fuego lento
Coloca los frijoles en una olla y vierte dos tazas de agua fresca sobre ellos. Agrega un par de hojas de laurel y tus condimentos favoritos. Pon la olla al fuego y sube el fuego hasta que empiece a hervir. Una vez que hierva, baje el fuego a fuego lento, tape la olla y déjelo cocinar durante una o dos horas. Revisa los frijoles de vez en cuando para ver si están tan suaves como deseas. Ajuste el tiempo de cocción según sus preferencias.
3. Retire el agua y sirva
Después de cocinar, escurrir los frijoles. Deshazte del agua en la que se cocinaron y deja que los frijoles se enfríen a temperatura ambiente. Coloca los frijoles cocidos en un recipiente sellado y guárdalos en el refrigerador hasta que estés listo para usarlos.
Manera de comer frijoles
Los frijoles no solo son sabrosos, sino que también están llenos de nutrientes esenciales como proteínas, calcio, fibra dietética y carbohidratos de liberación lenta. Estos frijoles son versátiles y se pueden disfrutar de varias maneras para darle un impulso saludable.
1. Cocine sus sopas y guisos con frijoles
Los frijoles son perfectos para agregar a sopas y guisos. Mantienen bien su forma durante la cocción, lo que los convierte en la opción favorita para platos abundantes como sopas a base de chile y frijoles como el Minestrone.
También puedes incluirlos en una variedad de recetas junto con verduras y cereales fuertes como cebada perlada, farro o pasta al dente. La textura firme de los frijoles agrega sustancia y sabor a sus comidas, contribuyendo a una experiencia gastronómica satisfactoria y saludable.
Experimenta con estos frijoles versátiles para crear combinaciones deliciosas y nutritivas que realzarán el sabor de tus sopas y guisos favoritos.
2. Hornee sus frijoles
Los frijoles funcionan bien para hacer frijoles horneados, una guarnición tradicional sureña. Su piel gruesa y su textura suave y aterciopelada los hacen perfectos para absorber sabores sin volverse blandos. Cuando se hornean, estos frijoles conservan su integridad, agregando una riqueza deliciosa al plato.
Los frijoles horneados son un alimento reconfortante popular que se disfruta por su sabroso sabor y abundante consistencia. La capacidad de los frijoles para absorber los sabores realza el atractivo general de este plato clásico, creando una experiencia satisfactoria y sabrosa.
Ya sea que se sirvan solos o como acompañamiento, los frijoles horneados contribuyen a una comida deliciosa y reconfortante, mostrando la simplicidad y las bondades de la cocina sureña.
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3. Cocinar frijoles en la estufa
Cocinar frijoles en la estufa lleva más tiempo que hornearlos, pero permite a los cocineros lograr el sabor ideal. Este método les permite agregar condimentos y verificar que estén cocidos mientras cocinan. A diferencia de hornear, saltear frijoles ofrece la oportunidad de afinar el sabor durante todo el proceso.
Los cocineros pueden ajustar los sabores a su gusto, asegurando un resultado delicioso. Este enfoque práctico hace que la preparación en la estufa sea el método preferido para quienes disfrutan participando activamente en la experiencia culinaria. Aunque puede requerir un poco más de tiempo, la capacidad de sazonar y probar a lo largo del camino hace que los frijoles salteados sean una opción sabrosa y personalizable para cualquier entusiasta de la cocina.
4. Cocinar Con Arroz
El arroz y los frijoles forman una combinación sabrosa en varias cocinas globales. Los frijoles rojos y el arroz al estilo criollo de Luisiana incluyen pequeños frijoles rojos y frijoles rojos sumergidos en una salsa sabrosa y especiada, creando una deliciosa pieza central. De manera similar, en la India, una versión vegetariana llamada Rajma sigue una presentación comparable.
Estos platos muestran la versatilidad del arroz y los frijoles, demostrando cómo diferentes culturas incorporan estos humildes ingredientes a sus tradiciones culinarias. Ya sea la sabrosa mezcla de frijoles en salsa criolla o la delicia vegetariana de rajma, la combinación de arroz y frijoles trasciende fronteras y ofrece deliciosas variaciones que se adaptan a diversos paladares.
Conclusión:
Los frijoles son un tipo especial de frijoles porque contienen algo llamado fitohemaglutinina, que es una sustancia nociva. Para que los frijoles sean seguros para comer, debes cocinarlos en agua hirviendo durante al menos 30 minutos. Si los cocinas a baja temperatura o usas una olla de cocción lenta con frijoles secos, es posible que la sustancia nociva no desaparezca por completo, por lo que es mejor evitarlo. Siguiendo el Recomendación del USDA Para una cocción adecuada es importante asegurarse de que las toxinas de los frijoles se destruyan y no causen ningún daño al comerlos.
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