La discriminación por edad se refiere a la discriminación o prejuicio contra las personas en función de su edad. Esto puede suceder de varias maneras, como la discriminación en el lugar de trabajo, donde alguien podría no conseguir un trabajo o un ascenso debido a su edad. El adultismo es uno de los ejemplos de discriminación por edad, que ocurre cuando los adultos tratan a los jóvenes injustamente o no los toman en serio. La edad digital ocurre cuando los adultos mayores son excluidos o ignorados en el uso o acceso a la tecnología.
Otra forma es la discriminación por edad visual, que se ve a menudo en medios como Hollywood, donde los estereotipos sobre la edad limitan las oportunidades de los actores o actrices. La discriminación por edad afecta incluso a la investigación estadística, donde ciertos grupos de edad pueden pasarse por alto o tergiversarse. También está presente en el sector sanitario, donde es posible que las personas mayores no reciban el tratamiento o la atención adecuados.
Lidiar con la discriminación por edad puede ser difícil. Puede afectar la salud mental, la autoestima y las finanzas. Sin embargo, hay formas de combatirlo. Esto incluye crear conciencia, desafiar el trato injusto y promover la inclusión en los lugares de trabajo y la vida cotidiana. Luchar contra la discriminación por edad puede marcar la diferencia a la hora de crear una sociedad más respetuosa y justa para las personas de todas las edades.
¿Qué es la discriminación por edad?
La discriminación por edad se produce cuando las personas juzgan o tratan a los demás de manera diferente debido a su edad. Ocurre en el trabajo o en la vida personal y afecta tanto a los adultos mayores como a los jóvenes. Pero los adultos mayores a menudo enfrentan más discriminación porque nuestra sociedad tiende a admirar más a los jóvenes.
Este sesgo comienza temprano. Incluso cuando somos niños, aprendemos que envejecer no es bueno y que las personas mayores no pueden manejar bien las cosas. Vemos esto en anuncios que prometen hacer desaparecer las arrugas o en programas de televisión que retratan a las personas mayores como despistadas. Los chistes y comentarios de familiares y amigos también pueden difundir ideas discriminatorias por edad.
La discriminación por edad se considera más aceptable que el racismo o el sexismo, pero sigue siendo un gran problema. Arreglarlo no sucederá de la noche a la mañana, pero ignorarlo no es la respuesta. Puedes hacer cosas para combatir la discriminación por edad. Al tomar medidas, usted mejora su vida y ayuda a crear una cultura más justa donde los estereotipos importan menos y la discriminación ocurre con menos frecuencia.
Ejemplos de discriminación por edad
1. Discriminación en el lugar de trabajo
La discriminación por edad en el lugar de trabajo es uno de los ejemplos más destacados. tiene que ver con el trato injusto hacia las personas mayores en el trabajo y Loretto lo destacó en 2000. Palmore agregó que los jefes a menudo etiquetan a los empleados mayores como tercos respecto al cambio, no demasiado creativos y difíciles de enseñar, según su estudio de 1999.
Mientras tanto, las mujeres enfrentan más prejuicios relacionados con la edad, ya que generalmente se supone que abandonan el trabajo cuando tienen hijos. Esta discriminación puede limitar las oportunidades laborales y afectar la forma en que se ve y se trata a los trabajadores mayores, lo que les dificulta crecer en sus carreras.
No se trata sólo de ser justo; se trata de garantizar que todos tengan la oportunidad de desempeñarse bien en su trabajo, sin importar su edad o género. Es por eso que existe un impulso para que los lugares de trabajo adopten la diversidad y traten a todos en función de sus habilidades y destrezas, en lugar de estereotipos o suposiciones basadas en la edad o el género.
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2. Estereotipos basados en la edad
Los estereotipos basados en la edad son comunes, especialmente dirigidos a las personas mayores. La gente suele etiquetar el olvido en las personas mayores como un “momento de tercera edad”, aunque cualquiera puede olvidar cosas. Frases hirientes como “viejo sucio” o “segunda infancia” contribuyen a la discriminación por edad y moldean la forma en que vemos a las personas mayores.
Incluso hay un término, “fecha de caducidad”, que sugiere un punto después del cual alguien es visto como menos atractivo en las citas. Estos estereotipos crean juicios injustos sobre las personas mayores, asumiendo que todos son olvidadizos o que ya no son deseables. Pasan por alto las cualidades y experiencias únicas de cada persona, agrupándolas injustamente según la edad.
Es importante desafiar estos estereotipos y reconocer que la edad no define el valor ni las habilidades de una persona. Todas las personas, independientemente de su edad, merecen respeto y un trato justo, libre de estas creencias limitantes e inexactas. Aceptar la diversidad de experiencias y personalidades entre las personas mayores puede ayudar a romper con estos estereotipos dañinos.
3. Adultismo
El adultismo es cuando se favorece a los adultos sobre los jóvenes y hay un prejuicio contra los niños y adolescentes. La gente suele pensar que los más jóvenes no pueden aportar mucho e ignoran sus ideas. También se espera que los jóvenes actúen de maneras específicas sólo porque son jóvenes. Otra idea relacionada es la “adultocracia”, según la cual la sociedad cree que sólo los adultos son maduros y están a cargo en comparación con los más jóvenes. Esto significa que los adultos tienen más poder e influencia sólo por su edad.
Este sesgo puede afectar varios aspectos de la vida, como la forma en que se trata a los jóvenes en las escuelas, las familias y las comunidades. Podría limitar sus oportunidades de compartir opiniones o tomar decisiones, suponiendo que no tengan pensamientos valiosos. Es posible que los adultos no los tomen en serio debido a su edad, lo que puede hacer que los jóvenes se sientan infravalorados.
Es importante comprender y desafiar estos prejuicios para crear oportunidades justas para todos, independientemente de su edad. Al reconocer y respetar las perspectivas de los jóvenes, podemos crear un entorno más inclusivo y de apoyo para que crezcan y contribuyan positivamente a la sociedad.
4. Prejuicio benévolo
El “prejuicio benévolo”, un término utilizado en contextos sociales, describe un tipo de prejuicio en el que ciertos grupos de edad, tanto los jóvenes como los ancianos, son vistos con amabilidad pero también como incapaces o menos competentes. Esta actitud implica considerarlos amigables pero no del todo capaces. Por ejemplo, una encuesta realizada por Age Concern reveló que el 48% de los encuestados consideraba que las personas mayores de 70 años eran amigables, mientras que sólo el 27% decía lo mismo de los menores de 30 años. Sin embargo, apenas el 26% percibía a los mayores de 70 años como capaces.
Este prejuicio a menudo surge de estereotipos sociales que vinculan a ciertos grupos de edad con características específicas. Las personas pueden considerar a las personas mayores como cálidas y agradables, pero creen que carecen de la capacidad para realizar tareas o tomar decisiones importantes. De manera similar, los jóvenes pueden ser vistos como amigables pero no tomados en serio debido a la percepción de su inexperiencia o inmadurez.
Estos sesgos, aunque aparentemente positivos, aún pueden limitar las oportunidades y crear expectativas injustas basadas únicamente en la edad. Abordar los prejuicios benévolos implica reconocer estos supuestos y garantizar que las personas de todas las edades sean valoradas por sus habilidades y contribuciones en lugar de ser juzgadas únicamente por estereotipos relacionados con la edad.
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5. Edadismo digital
La discriminación por edad digital es uno de los ejemplos destacados; es cuando las personas reciben un trato injusto por lo bien que utilizan la tecnología. Algunas personas piensan que los jóvenes siempre son buenos con la tecnología, pero creen que las personas mayores no pueden usarla en absoluto. Esto sucede porque es posible que las personas mayores no tengan tanto acceso a los dispositivos y es posible que no se les enseñe cómo usarlos correctamente. Debido a esto, es posible que no se sientan tan seguros al utilizar la tecnología.
La edad no es la verdadera razón por la que alguien podría tener problemas con la tecnología. Se trata más de no tener las mismas oportunidades de aprender o practicar. Imagínese si tuviera que jugar un videojuego sin que le mostraran cómo funcionan los controles: sería difícil de jugar, ¿verdad? Así es para las personas mayores que intentan descubrir la tecnología sin que nadie les enseñe.
Es importante recordar que cualquiera puede aprender a utilizar la tecnología, sin importar su edad. A veces, todo lo que se necesita es un poco de ayuda o algo de práctica para dominarlo. La discriminación por edad digital ocurre cuando las personas asumen que alguien no puede aprender solo porque es mayor, y eso no es justo.
6. Discriminación por edad en la atención sanitaria
La discriminación por edad, tal como la describe Robert Butler, es más que simples estereotipos sobre la edad. Afecta profundamente la atención sanitaria. En el ámbito médico, la discriminación basada en la edad influye en la forma en que los médicos tratan a los pacientes. Desde las evaluaciones iniciales hasta las opciones de tratamiento, la discriminación por edad juega un papel importante. Desafortunadamente, los pacientes mayores a menudo enfrentan percepciones negativas de los médicos, quienes podrían considerarlos pesimistas o menos esperanzadores. Esto afecta los tratamientos ofrecidos, y los médicos a veces optan por cuidados menos intensivos, priorizando el manejo de la enfermedad sobre la búsqueda de una cura.
Este problema puede hacer que los pacientes mayores no reciban el mismo nivel de tratamientos agresivos que los pacientes más jóvenes. Es un problema preocupante dentro de la atención médica que afecta la forma en que se atiende a los diferentes grupos de edad y las decisiones médicas que se toman por ellos. Este tipo de discriminación puede afectar la calidad de vida de una persona y el acceso a posibles tratamientos que le salven la vida únicamente en función de su edad.
Efectos de la discriminación por edad
La discriminación por edad va más allá de las simples palabras hirientes; puede tener un gran impacto en cómo se siente, su salud, su vida social e incluso su dinero. Ser tratado injustamente debido a su edad puede causar muchos problemas.
Efectos físicos
La discriminación por edad en realidad puede hacer que las personas mueran más jóvenes. Un estudio encontró que los adultos mayores que pensaban que no valían nada o que no eran útiles tenían vidas más cortas en comparación con aquellos que tenían una visión positiva sobre el envejecimiento. Sentirse mal por su edad también puede hacer que se enferme con más frecuencia y hacer que le resulte más difícil recuperarse cuando está enfermo.
Hay algunas razones por las que esto sucede. Si se siente mal consigo mismo, es posible que tampoco se cuide. Es posible que coma alimentos en mal estado, fume, beba demasiado o no tome sus medicamentos como debería. También puede hacer que sea más difícil recuperarse cuando suceden cosas malas porque no cuenta con suficiente apoyo de los demás.
A veces, los médicos pueden tratar a las personas mayores de manera diferente debido a su edad, y esto puede empeorar su salud. Es posible que no reciban los mismos tratamientos ni formen parte de estudios que los ayuden a mantenerse saludables. No poder hablar bien con los médicos también puede empeorar las cosas, como no tomar los medicamentos de la manera correcta.
Efectos sobre la salud mental
Los comentarios discriminatorios por edad de familiares o compañeros de trabajo pueden hacerte sentir muy mal contigo mismo y hacerte cuestionar tu valor. Los estudios demuestran que la discriminación por edad puede empeorar su salud mental e incluso causar depresión. La Organización Mundial de la Salud cree que alrededor de 6 millones de casos de depresión en todo el mundo podrían deberse a la discriminación por edad.
Cuando crees cosas malas sobre el envejecimiento, en realidad puedes hacer que tu cerebro funcione peor. Puede que empieces a olvidarte más de las cosas porque tienes miedo de ser como esas cosas malas que dice la gente sobre la vejez. Este miedo puede hacer que tengas un peor desempeño en tareas, como recordar cosas.
Efectos en la vida social
La discriminación por edad puede hacerte sentir solo. Si la gente te trata mal debido a tu edad, es posible que evites pasar tiempo con amigos y familiares. Incluso podrías dejar de ir a eventos o lugares porque te sientes asustado o no deseado.
A veces, la gente piensa que las personas mayores no deberían tener intimidad ni salir, por lo que se aíslan. Esto puede hacerte sentir realmente solo y triste.
La soledad también puede causar muchos otros problemas, como más estrés, peor sueño y enfermarse más a menudo. Incluso puede empeorar los problemas de salud mental y hacer que su cerebro funcione peor.
Consecuencias financieras
La discriminación por edad también puede arruinar su situación monetaria. Es posible que no consigas mejores empleos o capacitación porque la gente te trata de manera diferente. Algunas compañías podrían incluso cobrarle más por cosas como seguros solo porque es mayor.
Además, como algunas personas piensan que las personas mayores no son inteligentes con el dinero, es posible que intenten engañarte. Caer en estos trucos puede hacerte perder dinero y sentirte muy mal por ello.
Cómo manejar la discriminación por edad
Manejar la discriminación por edad implica reconocer la realidad de envejecer. Los cambios ocurren a medida que envejecemos: tal vez su cuerpo no sea tan rápido como antes, su vista o su oído podrían debilitarse y podrían aparecer arrugas. Es natural sentirse infeliz o inseguro acerca de estos cambios. No ignores esos sentimientos; está bien sentirse así.
Pero recuerde, hay más para usted que los cambios relacionados con la edad. A pesar de lo que la sociedad pueda decir sobre el envejecimiento, todavía tienes mucho por delante. Tienes sabiduría y experiencias que son valiosas. No dejes que las creencias discriminatorias por edad, ya sea dentro de ti o de los demás, te limiten.
Para enfrentar la discriminación por edad, comience por adoptar estos consejos:
- Auto-aceptación: Acepta los cambios y sé amable contigo mismo.
- Perspectiva: Concéntrate en lo que puedes hacer, no sólo en las limitaciones.
- Contribución: Reconoce tu valor: tienes mucho que ofrecer.
- Estereotipos de desafío: No dejes que las creencias discriminatorias por edad te detengan.
- Sistema de soporte: Rodéate de personas que te valoren por lo que eres.
La discriminación por edad puede existir, pero no te define. Acepta tu edad mientras te niegas a permitir que los estereotipos dicten tu vida. Todavía estás lleno de potencial y valor, independientemente de tu edad.
Referencias:
- Mayordomo, enfermera registrada (1969). “Edadismo: otra forma de intolerancia”. El gerontólogo. Prensa de la Universidad de Oxford.
- Iversen, TN; Larsen, L.; Solem, PE (2009). “Un análisis conceptual de la discriminación por edad”. Psicología nórdica. Taylor & Francis Ltd.
- Kleyman, Pablo. (2002). "Imágenes del envejecimiento". Enciclopedia del envejecimiento. Referencia de Macmillan EE. UU.
- Loreto, W.; Duncan, C.; Blanco, PJ (2000). “Edadismo y empleo: controversias, ambigüedades y percepciones de los más jóvenes”. Envejecimiento y sociedad. Prensa de la Universidad de Cambridge.
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